sábado, 13 de marzo de 2010

Por qué defendemos a los animales

Esto es parte de un intercambio en Facebook sobre el deseo (o la falta de) de tener hijos.

Creo que puede servir a muchas personas que sienten el impulso a proteger animales más que a los humanos, o incluso (como dijo una amiga) el deseo de tener hijos cuadrúpedos y no humanos...

... podemos encarar el asunto desde otra perspectiva, a ver si se ilumina el tema.

Está visto que la Naturaleza es muy inteligente en TODO lo que hace. Hasta el meteorito que destruyó a los dinosaurios es parte de esa inteligencia, y los múltiples mundos renacidos desde las diferentes extinciones...

Uno puede ver un "plan" en la vida hacia una creciente inteligencia y complejidad. Todo lo que favorezca este plan es "bendecido" por la vida, y lo que va en contra, es castigado.


Es como si esa inteligencia tuviera un destino para cada ser, hasta el más ínfimo... y por qué nosotros habríamos de estar afuera?

Seguramente que la Naturaleza también tiene un plan para cada uno de nosotros, pero nosotros no siempre respetamos ese plan, debido a la crisis evolutiva a causa de la mutación del cerebro humano (toda mutación ocasiona crisis)

Cuando nosotros decimos que "hemos perdido el contacto con la Naturaleza", también hemos perdido el contacto con sus designios para nosotros... ya no sabemos escuchar su voz, pidiéndonos que vayamos a vivir a tal o tal lugar, a dedicarnos a tal o cual trabajo... y a tener o no tener hijos.

¿Cómo se expresa esa voz?

A través de fuertes sentimientos, impulsos, "corazonadas", pero también a través de sueños. Los designios de la Naturaleza generalmente impactan en nuestro inconsciente, y desde allí se abre paso a la conciencia.

Concretamente, en mi caso, por ejemplo, yo no tenía ningún plan de tener hijos, pero tuve un sueño premonitorio 6 HORAS DESPUES DE LA CONCEPCION del bebé. Luego llovieron más sueños, antes y después de enterarme del embarazo.

Luego, cuando revisé mis acciones anteriores a la concepción del bebé, digamos hasta unos 3 años atrás, yo podía ver cómo mis diferentes pequeñas y grandes decisiones me iban acercando a ese suceso, sin ser enteramente consciente del tema.

Así que finalmente, la cosa reside en escuchar esa voz, y seguirla, no sólo en el caso de los hijos, sino en todo; puede ser que la vida nos pida defender a los animales en vez de defender los derechos de los pigmeos africanos... si es así, estamos diseñados para tal cosa y en realidad, oponernos a tales profundos impulsos nos enfermaría.

Así lo veo yo... saludos.

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